Si hay un espacio donde la aplicación del modelo lineal de la Economía genera graves problemas ecológicos y sociales son las cuencas mineras, características de buena parte de la realidad socioeconómica de la provincia de León. El modelo de tomar la energía, las materias primas y los trabajadores, transformarlos en productos, utilizarlos para el consumo y desecharlos en forma de residuos ha generado efectos negativos importantes en el medio ambiente de la zona y en el empleo, poniendo en peligro incluso su subsistencia. Es por ello necesario introducir un modelo económico que permita la recuperación de la naturaleza y la creación de nuevos puestos de trabajo asociados a una visión alternativa de la relación entre el hombre y su entorno físico. Esto es lo que propone la Economía Circular, que impregna todo el proyecto de “INCUBA”. La Economía Circular nace conceptualmente en los años 90, bajo el supuesto de que “cada cosa es un input para otra”. Su idea base es cambiar la relación que mantenemos con la naturaleza, ya que si queremos que esta se conserve en las mismas o incluso mejores condiciones que las que actualmente disfrutamos -sea sostenible-, no podemos considerar a ésta simplemente como un suministrador de materias primas y un depósito de residuos. Debemos ser conscientes de que el medio ambiente es finito, y que su utilización sin reposición conlleva su destrucción -y en última instancia la nuestra-. Por ello es preciso plantear un modelo productivo caracterizado por la sostenibilidad y el ahorro de recursos. Así, los bienes se producen, se consumen, se reciclan y se vuelven a consumir, entrando en un ciclo circular. Como señala la Comisión Europea, es aquella en la que “el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduzca al mínimo la generación de residuos”. La Economía Circular es también un objetivo preferente de la Comisión Europea. La ayuda financiera de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) es de 5.500 millones de euros para la gestión de residuos. Además, cuenta con 650 millones de euros procedentes del programa Horizonte 2020 y de inversiones a nivel nacional. La Red de Emprendimiento Social y Desarrollo Territorial INCUBA,  desde una perspectiva de Economía circular, fija sus objetivos en:

  1. La transformación del modelo productivo e industrial “lineal” hacia un modelo circular con el aprovechamiento y reciclaje de los recursos en su ADN
  2. La minimización del daño medioambiental.
  3. La limitación máxima del consumo energético
  4. La disminución del uso y la reutilización de los recursos
  5. Y la creación de riqueza y de nuevas posibilidades de empleo para la zona de influencia de los municipios rurales de la provincia de León.

Propuesta de actuación: Dentro del segundo de los objetivos citados, la minimización del daño medioambiental, un proyecto concreto es la realización de un piloto en un municipio que designe el Área de Territorio Sostenible de la Diputación para la puesta en marcha de un proceso de medición de contaminantes a bajo coste y de código abierto destinado a las entidades locales, los agricultores y las empresas de turismo sostenibles definidas en el mencionado piloto.

En el tercero y cuarto de los puntos, la limitación del consumo energético y la reutilización de los recursos, la propuesta concreta que incorpora la Red de Emprendimiento es poner en marcha un piloto en un municipio que designe el Área de Territorio Sostenible de la Diputación de León para la instalación de equipos para el autoconsumo energético eléctrico y térmico como alternativa al uso de las fuentes contaminantes actuales. Además, se estudiará el aprovechamiento de subproductos como las podas, sarmienta, peladuras, etc. de trabajos tradicionales para valorizarlos energéticamente.