La minería de carbón en el Bierzo muere después de un siglo en el que ha conformado una cultura específica en la Comarca. El 16 de noviembre de 2018 cerró el pozo Salgueiro, la última mina activa.  Los cinco mineros del último relevo, Daniel, Francisco, Miguel Ángel, Alberto y José Antonio entraron por última vez en la mina de interior de la empresa Antracitas de Salgueiro del grupo Uminsa, en Santa Cruz de Montes, localidad del municipio de Torre del Bierzo. La Comarca entera parece abatida, impotente, desorientada ante “el final de un ciclo histórico en El Bierzo”, al que se refería el alcalde de la localidad.

Pero en realidad esta noticia no suponía ninguna sorpresa. El 26 de abril de 2004 varios investigadores de la UNED publicábamos ¿Después del Carbón qué?, estudio socioeconómico de una cuenca minera de Castilla y León, que ya reflejaba que el sub-sector energía y en concreto la minería de la antracita había visto reducirse el empleo en la cuenca Fabero-Sil en un 85% en los 35 años anteriores, ponía de relieve la cuestión de las prejubilaciones y su difícil “reconversión” a otras actividades y el consecuente éxodo a otras zonas, dando lugar a la cada vez más preocupante reducción de población en los municipios mineros.

CIELO ABIERTO FABERO

Frente a esta situación, planteábamos entonces la recuperación de rutas turísticas, la puesta en valor del patrimonio histórico-cultural, la recuperación de proyectos ya concretados en aquella época como el tren turístico Ponfeblino, todo ello, acompañado de la recuperación medioambiental, de la necesaria mejora de infraestructuras que aprovechase las interesantes ayudas públicas existentes en aquel momento y constituyese el substrato para la implantación de proyectos empresariales generadores de empleo al mejorar la accesibilidad a las zonas y la disponibilidad en ellas de suelo bien dotado. Mejoras en materia de comunicaciones y, sobre todo, la potenciación del acceso a la sociedad del conocimiento y la información en plena “Era Digital”, caracterizada por la Nueva Economía y Sociedad Red.

En aquel momento nosotros pensábamos que, saneado el espacio de las heridas dejadas en el medio natural por las explotaciones mineras, concluidas las infraestructuras mínimas de acceso y servicios a todos los núcleos de población, diversificado el sector agrario, valorizados y puestos en el mercado los productos autóctonos de calidad, mejoradas las condiciones de empleo para los sectores más marginados y dimensionado en sus justos límites el turismo rural, los municipios mineros  podían ser lugar de residencia para nuevas familias, alternativos a la ciudad.

Lamentablemente, la situación no ha mejorado desde el análisis de 2004. En este sentido, la despoblación que amenaza con dejar morir a las zonas rurales de la provincia de León, ha castigado especialmente a las cuencas mineras. De esta forma, los datos del Padrón de 2016 en comparación con el de 1991, punto de inflexión para la pérdida de población en el Bierzo rural, arrojan en ese periodo una pérdida de 9.639 habitantes que residían en 344 pueblos.  En relación con las cuencas mineras, los datos del INE del censo de los municipios mineros muestran que entre 2007 y 2017, la crisis de la minería ha dejado un 15,13% menos de habitantes, se trata de 9.532 personas que han dejado de vivir en los pueblos carboníferos, bajando de los 62.988 ciudadanos en 2007 a los 53.456 de 2017.

En este punto, es importante destacar que la Gran Recesión que comienza en 2008 se asienta en tres pilares, crisis financiera, crisis de confianza, y, sobre todo, cambio de paradigma económico, pasando de una economía industrial, característica del siglo XX, a una economía del conocimiento del siglo XXI soportada tecnológicamente en la cuarta revolución industrial.

Precisamente, un factor clave de este nuevo paradigma económico es la capacidad de atracción y retención de talento. En este punto, lamentablemente, según un estudio reciente de la Fundación Cotec para la Innovación y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), la falta de capacidad del sistema educativo para ajustarse a las necesidades empresariales es la principal debilidad de Castilla y León a la hora de retener talento.

La peor nota de Castilla y León se obtiene en el apartado de capacidades y vocaciones técnicas, donde se analiza la habilidad del sistema educativo para ajustarse a las necesidades de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores en puestos acordes a sus capacidades. En este baremo la media nacional se sitúa en 51,6 puntos y la calificación de Castilla y León baja hasta los 39,9.

Estos resultados, que aplican indudablemente en la Comarca de El Bierzo, justifican la aprobación en febrero de 2019 del Catálogo de Medidas de Atracción, Retención y Retorno del Talento de la Junta, que pretende incentivar la existencia de capital humano cualificado en Castilla y León. El Bierzo, como territorio que pretende adaptarse a dicho modelo económico, necesita contar con entidades y empresas que aprendan a trabajar en red, sean innovadoras y capaces de atraer y retener talento.

En la actualidad, los recursos económicos principales (talento, innovación y creatividad) no están distribuidos de manera uniforme en la economía global, sino que se concentran en lugares específicos que agrupan dichos recursos y les permite tener una alta densidad de población, ser más productivos y acabar convirtiéndose en los motores principales del crecimiento económico. Parece lógico que una Universidad con la vocación social y el compromiso por el desarrollo local que tiene la UNED no se conforme con presentar los resultados de estudios como el citado de 2004 bajo el título ¿Después del Carbón qué? En primer lugar, el 11 de mayo de 2006 se pone en marcha en Ponferrada el Centro Tecnológico INTECCA, que ha creado una Red de Formación, Información y Comunicación de la UNED al servicio del desarrollo territorial sostenible.

INTECCA

El objetivo inicial era cumplir con los estándares de calidad que exige el Espacio Europeo de Educación Superior de cara a la adaptación a la Sociedad y Economía del Conocimiento.

En segundo lugar, y como ejemplo práctico de este planteamiento colaborativo, el día 1 de abril de 2011 se firma un convenio entre UNED, ULE y CIUDEN para la puesta en marcha del Observatorio Territorial del Noroeste”.  De cara al relato se trata “ver El Bierzo”, geográficamente, centro del Noroeste Peninsular. El objetivo es desarrollar un modelo de gestión integrada del conocimiento, que contribuya a la toma de decisiones en materia de políticas, programas y acciones de desarrollo sostenible por parte de los actores locales relevantes y pueda así alcanzar un importante ascendiente social. De esta forma, el Observatorio aspira a ser un lugar de encuentro para el intercambio de información y experiencias, propiciando un espacio para la reflexión y el diálogo abierto, entre cualquier parte interesada en el desarrollo sostenible, como las administraciones, las instituciones de investigación, los agentes económicos y medioambientales, y la sociedad civil, siempre con un enfoque participativo y creativo. El 16 de enero de 2019, y como nuevo ejemplo práctico del planteamiento colaborativo aludido, la UNED y el Consorcio formado por la Diputación de León, El Consejo Comarcal de El Bierzo y el Ayuntamiento de Ponferrada firman el Convenio de creación de la Cátedra de Territorios Sostenibles y Desarrollo Local.

MEDULAS

Por supuesto, la Cátedra, dirigida por los profesores Calvo González y Vázquez Burguete, es un proyecto abierto y colaborativo; se trata de que, entre todos, definamos un relato, una historia de éxito capaz de aprovechar el enorme potencial de nuestro “vergel”, con ambición, con valentía y, sobre todo, manteniendo la diplomacia cultural, científica e institucional que puede y debe seguir proporcionando nuestra Universidad.  Un proyecto, con sede en Ponferrada, que trata de dinamizar el territorio buscando un equilibrio adecuado entre los distintos sectores de actividad económica que pueden explotarse en El Bierzo. Que parta de los ejemplos de buenas prácticas como el del sector del vino, que sepa explotar todas las posibilidades industriales del territorio en un sentido amplio (incluyendo, por ejemplo, la industria cultural), que, en definitiva, tenga en cuenta las condiciones de definición del modelo socieconómico que hemos descrito al definir el relato para el futuro de El Bierzo. Así la Cátedra pretende ayudar a la lucha contra la despoblación antes aludida poniendo en valor los recursos, patrimoniales, naturales y culturales; fomentando el emprendimiento; utilizando el turismo sostenible e inteligente como catalizador; colaborando en el diseño del relato y en la definición de un modelo de desarrollo para El Bierzo adaptado a los retos del Siglo XXI.  El tiempo dirá si es sueño o realidad.

Jorge Vega
Director del CA UNED Ponferrada
Artículo publicado en Diario de León

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